¿La posesión de animales de compañia viola el derecho básico de los animales a no ser considerados cosas?

Sí. Los animales de compañia son nuestra propiedad. Perros, gatos, hamsters, conejos y otros animales son producidos en masa como pernos en una fábrica o, en el caso de aves y animales exóticos, son capturados en la naturaleza y transportados largas distancias, viaje durante el cual muchos de ellos mueren. Los animales de compañia se comercializan exactamente de la misma manera que otras mercancías. Aunque algunos de nosotros podemos tratar bien a nuestros animales de compañía, muchos de nosotros los tratamos mal. En los Estados Unidos, la mayoría de los perros pasan menos de dos años en una casa antes de ser abandonados en una perrera o transferidos a un nuevo propietario; más del 70 por ciento de las personas que adoptan animales los regalan, los llevan a refugios o los abandonan. Todos conocemos historias de terror sobre perros del vecindario con cadenas cortas que pasan la mayor parte de sus vidas solos. Nuestras ciudades están llenas de gatos callejeros y perros que viven vidas miserables y se mueren de hambre o se congelan, enferman o son atormentados por humanos. Algunas personas que dicen amar a sus animales de compañía los mutilan sin sentido haciéndoles cortar las orejas, sus colas o arrancándoles sus garras para que no arañen los muebles.

Puedes tratar a tu animal de compañia como a un miembro de tu familia y, de hecho, puedes otorgarle valor inherente o el derecho básico a no ser tratado como tu recurso. Pero el trato que le estás dando a tu animal realmente significa que consideras que tu propiedad animal tiene un valor superior al de mercado; si decidieras cambiar de opinión y administrar palizas diarias y severas a tu perro con fines disciplinarios, o no alimentar a tu gato para que esté más motivado para atrapar a los ratones en el sótano de tu tienda, o matar a tu animal porque ya no deseas el gasto financiero que te supone, tu decisión estaría protegida por la ley. Eres libre de valorar a tu propiedad como te parezca. Puedes decidir pulir tu automóvil con frecuencia o puedes dejarlo bajo mínimos. Es tu decisión. Siempre que proporciones el mantenimiento mínimo a tu automóvil para que pueda pasar la inspección, cualquier otra decisión que tomes con respecto al vehículo, incluida tu decisión de dárselo a un vendedor de chatarra, es cosa tuya. Siempre y cuando le proporciones alimentos, agua y refugio mínimos a tu animal, cualquier otra decisión que tomes, aparte de torturar al animal sin motivo alguno, es asunto tuyo, incluida tu decisión de dejarlo en el refugio local (donde muchos animales son matados o vendidos para investigación) o en un veterinario dispuesto a matarlo.

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