¿No son todas las personas veganas también abolicionistas? De manera rápida: no. Pero todas deberían serlo.
En 1944, Donald Watson y sus colegas se separaron de la Sociedad Vegetariana y crearon una palabra nueva, “vegano”, para describir a los vegetarianos que evitaban el uso de productos de origen animal, incluyendo productos lácteos y huevos. En 1949, Leslie J Cross definió el veganismo, de manera general, como “un fin al uso de los animales por el hombre como alimento, mercancía, para trabajo, caza, vivisección y cualquier otro uso que implique la explotación de la vida animal por el hombre”.
En 1979, la Sociedad Vegana definió formalmente al veganismo como “una filosofía y modo de vida que pretende excluir, en la medida de lo posible y factible, todas las formas de explotación y crueldad con los animales para la alimentación, vestimenta o cualquier otro propósito; y, por extensión, promueve el desarrollo y uso de alternativas libres de animales en beneficio de los seres humanos, los animales y el medio ambiente”.
Aunque la definición de veganismo y lo que requiere a menudo es una cuestión debatida, mal entendida o mal representada, esta definición sigue siendo la comúnmente utilizada y coherente. Esta definición constituye la base del veganismo abolicionista.
El veganismo abolicionista es una posición desarrollada por Gary L. Francione que llena algunas de las lagunas morales y prácticas del veganismo.
Lo que el veganismo requiere en lo que respecta a los animales no humanos es claro: no debemos usarlos. La definición se centra casi exclusivamente en el veganismo como una forma de actuar, no como una forma de pensar. Este foco en la parte práctica ha dado lugar a una serie de problemas, preguntas y debates:
- Qué es y qué no es vegano
- Cuáles son las formas moralmente apropiadas y prácticamente efectivas de promover el veganismo
- Si el veganismo incluye la explotación humana o no
- Qué tipo de obligación tenemos, si es que la tenemos, de adoptar o cuidar animales domesticados
- Si la domesticación y el veganismo son compatibles
- Si las personas que rechazan la no-violencia son veganas o no, y así sucesivamente.
El veganismo abolicionista responde a muchas de estas preguntas.
Para quienes esperan una visión amplia de la justicia, faltan muchos aspectos dentro de la definición original de veganismo.
Simplemente diciendo “mi veganismo incluye X, Y o Z” se crean una multitud de definiciones diferentes y competitivas. A menudo, estas definiciones diluyen el significado del veganismo, se ajustan a la peculiar política del hablante y crean mucha confusión acerca de lo que es el veganismo y lo que requiere, a menudo dejando intactas algunas de las otras deficiencias de la definición.
Por el contrario, los veganos abolicionistas adoptan y promueven la definición estándar del veganismo como base moral, rechazan la violencia hacia los humanos y los no humanos de manera amplia y clara y, por definición, promueven una posición en la que los animales son entendidos como personas morales y miembros de la moral comunidad.
La posición abolicionista, desarrollada por Gary L. Francione, se destaca de otras posiciones con su insistencia en el veganismo como base, su enfoque centrado en la sintiencia, su inclusión de seres humanos y no humanos, su rechazo a las campañas que darán lugar a cambios en la regulación, no la abolición, del estado de la propiedad de los animales, así como su enfoque basado en la evidencia para el cambio.
El enfoque proporciona una guía clara para quienes
- Están de acuerdo con la definición estándar de veganismo – que no debemos usar animales en la medida de lo posible y práctico – y que el veganismo es un mínimo absoluto de justicia.
- Están de acuerdo en que la sintiencia es todo lo que se requiere para que una persona (humana o no) sea entendida moralmente como miembro de la comunidad moral.
- Están de acuerdo en que los seres sintientes deben tener al menos un derecho básico: el derecho a no ser tratados como si fueran propiedad.
Como consecuencia necesaria de estos puntos de vista, las personas veganas abolicionistas rechazan la violencia, incluyendo (a) la violencia directa, (b) el racismo, el sexismo, el heterosexismo, el edadismo, el especismo y otras formas de violencia y prejuicio indirectos; así como (c) las campañas que promueven la regulación y no la abolición del uso de animales (por ejemplo, campañas que fomentan la “reducción” del uso de animales, el vegetarianismo, la “reforma” del uso de los animales para hacerla más “humanitaria”, la domesticación, las campañas monotemáticas, etc).
Veganismo abolicionista: un enfoque basado en la evidencia.
Los abolicionistas rechazan la reforma del bienestar animal por principios éticos, pero también por motivos prácticos basados en la evidencia disponible. En los últimos 30 años, las campañas de bienestar animal han animado a la gente a comer productos animales “humanitarios”. Esta incitación ha sido correlacionada con un aumento per cápita de la cantidad de productos animales consumidos.
Como tal, la defensa de los animales que se ha centrado en las medidas reformistas ha fracasado, obvia y sistemáticamente, en ayudar a los animales a corto plazo, así como en construir un cambio a largo plazo; en su lugar, ha aumentado la comodidad del público acerca del consumo de “los productos adecuados”, como lo demuestra el crecimiento del mercado de los productos de origen animal “humanitarios”. Este fracaso ha alentado a algunos defensores del bienestar animal a promover el uso de la violencia en lugar de la educación y el diálogo.
Por el contrario, los abolicionistas promueven la difusión vegana creativa y no violenta, la educación y la organización comunitaria como base para abolir el uso de animales.